Decía hace unos días el famoso cocinero Karlos Arguiñano, que ahora es el momento de los vecinos, de los amigos, compañeros y gente más cercana a nosotros, sobre todo teniendo en cuenta que están las fronteras cerradas, que todavía no se permite la libre circulación y que aunque estemos en la Fase 1, todo el territorio nacional se ha reducido a pequeños ‘reinos de taifas’ (permítaseme el símil), donde solamente nos tenemos a nosotros mismos si queremos seguir hacia adelante continuando la línea que traíamos antes del fatídico 14 de marzo.
El pasado lunes día 11, después de la puesta en marcha de los establecimientos de servicios personales como las esperadas peluquerías y centros de estética, llegó la reapertura de puertas del resto de comercios minoristas, que aunque todavía con restricciones y tras dos meses muy duros, por fin se pudieron reencontrar con sus clientes, teniendo muy claro que a partir de ahora habrá una nueva forma de vender pero también un diferente estilo de comprar. Seguro que nada va volver a ser igual pero sobre todo por las enseñanzas que cada uno haya podido extraer tras vivir la situación sobrevenida, que pensábamos que sería imposible vivir pero que nos ha demostrado que a pesar de lo que tengamos todos sin excepción, somos extremadamente frágiles y un virus que no conocíamos y que resulta invisible, es capaz de poner patas arriba la vida de todo el mundo.
Siempre, pero ahora más que nunca, si queremos que la cadena gire y que el engranaje no pare, tenemos que pensar en local, en lo cercano, en nuestra gente, y de esta manera, lo estaremos haciendo también en todos nuestros amigos, vecinos, compañeros e incluso familiares. Así, con este sencillo gesto, fomentaremos el empleo de todos ellos, la economía de nuestro pueblo, y hasta sin saberlo, nuestro propio trabajo y la economía de los nuestros.
Ya lo decía el experto en Recursos Humanos y RSC Lucio Fernández la pasada semana en un reportaje en Siete Días Jumilla: “Yo quiero que a ti te vaya bien para que a mí me vaya bien”. Es decir, puro egoísmo, algo que llevamos intrínseco todas las personas y que ahora hay que sacarlo más fuera que nunca.
Jumilla cuenta contigo, cuenta tú con tu gente.