Se están preparando distintas actividades para su conmemoración

Se trata de una de las piezas más importantes que han aparecido en el mundo junto a la famosa Dama de Elche

 

Jinetes_Ibericos

 

Un 16 de julio de 1981 fue descubierto en el poblado de  Coimbra del Barranco Ancho el pilar estela de los Jinetes Ibéricos de Jumilla, por lo que este año se celebra su 35 aniversario, según ha confirmado a Siete Días el arqueólogo Emiliano Hernández quien informó que “es, sin duda alguna, el buque insignia y la pieza estrella del Museo Municipal de Arqueología Jerónimo Molina”

A propósito de este aniversario se están preparando una serie de actividades conmemorativas para el segundo trimestre del año.

El Pilar estela de los Jinetes Ibéricos es un cipo funerario decorado en sus cuatro caras, que procede de la necrópolis del poblado y fechado hacia finales del siglo V antes de Cristo (350-320 a.C.). Es de piedra caliza que coronaría la tumba principesca número 70 de la Necrópolis del Poblado, junto a la sepultura 22 del yacimiento ibérico de Coimbra del Barranco Ancho en Jumilla.  Tiene unas dimensiones de 93 centímetros de altura, 56 centímetros de anchura y 47 de grosor. El monumento estaba integrado por otros cuatro elementos dispuestos verticalmente: una basa escalonada, el cipo, una gola con decoración vegetal, una nacela con la representación de cuatro figuras yacentes y, coronándolo, una escultura de bulto redondo con la representación de un toro.

Los tres jinetes representan una procesión en honor al difunto. Los caballos van lujosamente enjaezados con pretal y collera decorados, gamarra de doble correa, crines, testero, trenza y un gran bocado.  En la cara mejor conservada destacamos el báculo que lleva el jinete en la mano derecha, su tonsura y la cabeza cortada, las vestiduras y los atalajes del caballo y el ave de rapiña que pisan las patas derecha del caballo. En otra de las caras el jinete se encuentra pisando un conejo y en la cara peor conservada se muestra al jinete con la mano derecha en la frente en señal de dolor. En la cuarta  cara se representa a un personaje sentado, posiblemente una diosa, posando su mano sobre otro personaje que está de pie en actitud de despedida.

Esta estela funeraria ibérica está considerada como una de las mejores figuras que han aparecido en el mundo, equiparados a la Dama de Elche. Es el único elemento decorado, descubierto hasta el momento, con 4 caras prismáticas.