Los detractores del socialismo no pueden oír hablar de la existencia de explotación, imperialismo o explotadores. Se muestran iracundos cuando algún comensal o interlocutor les hace ver que las clases sociales son una realidad. Los portadores del nuevo catecismo posmoderno dicen tener argumentos de peso para desmontar la tesis que aún postula su validez y su vigencia como categorías de análisis de las estructuras sociales y de poder.

Voy a insistir con un aspecto generalizado en la política internacional y nacional, dos conceptos que nadan explican y mucho confunde. La sociedad no está dividida en izquierda o derecha, hay que hacer un análisis de clase y no omitir la concepción marxista, la teoría de clases. La sociedad está dividida en CLASES SOCIALES con intereses antagónicos e irreconciliables, estos surgen a partir de la ubicación de los hombres en la producción, no de una línea imaginaria donde uno es diestro y otro es siniestro.

Nuestra sociedad se divide en dos clases. Hay una clase trabajadora, y una clase capitalista. La clase obrera tiene que trabajar para ganarse la vida, la clase capitalista tiene suficiente riquezas para vivir sin tener que trabajar. No hay duda de que la sociedad capitalista se puede dividir de esta forma. Existe un grupo de personas en cada clase no existen los explotados y los explotadores. Por supuesto, la mayoría de las gentes pertenecen a la clase obrera, y la clase capitalista es sólo una pequeña proporción de la población.

En consecuencia, términos y conceptos como burguesía, pequeña burguesía y clase trabajadora han dejado de utilizarse para definir en tres categorías: Los ricos, las clases medias y los pobres esta definición la hace el oportunismo  y el reformismo de izquierda

Lamentablemente, sólo es posible identificar, con cierto grado de sustancia, dos tesis.

Ya no hay clases sociales, y si las hubiese dice la burguesía, son restos de una guerra pasada. Desde la caída del muro de Berlín hasta nuestros días las clases sociales están destinadas a desaparecer, si no lo han hecho ya SEGÚN LA BURGUESÍA mientras exista trabaja y capital  hay clases sociales

Para nosotros los comunistas y nuestro principios  basados en el marxismo leninismo y en socialismo científico, la conclusión  es obvia: Los dirigentes sindicales, líderes políticos e intelectuales que hacen acopio y se sirven de la categoría clases sociales para describir luchas y alternativas en la actual era de la información, vivirían de espaldas a la realidad y no con la realidad científica de lo que significa la lucha de clases

Sin duda en las dos últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI han emergido procesos sociales, económicos, políticos y culturales que no sólo han reinventado la realidad, sino que las agudizaciones entre capital y trabajo vienen a ser igual que a últimos del siglo XIX  y del XX.

Los casos son variopintos. Así, nos podemos encontrar que un cocinero se ha convertido en un restaurador de alimentos; los recreos en los patios de los colegios han pasado a denominarse segmentos lúdicos y los bares se consideran zonas de avituallamiento rápido.

Está de moda sólo aporta confusión: El imperialismo existe por mucho que les pese a quienes plantean su muerte en beneficio de la llamada interdependencia global o globalización. Su definición sigue siendo válida en tanto explica a) la concentración de la producción y del capital que dio origen a los monopolios.

b) la fusión del capital bancario e industrial y la emergencia de una oligarquía financiera.

c) el poder hegemónico de la exportación de capitales frente a las materias primas.

d) la formación de las trasnacionales y reparto del mundo entre las empresas.

f) las luchas por el control y el reparto territorial del mundo entre países dominantes.

g) facilita comprender las formas de internacionalización de los mercados, la producción y el trabajo.

Por consiguiente, los cambios del imperialismo señalan su versatilidad y capacidad de adaptación en medio de los cambios profundos que sufre el capitalismo. La globalización como concepto no sustituye al imperialismo como una realidad.

En la actualidad muchos científicos sociales prefieren hablar de estratificación social y estructuras ocupacionales antes que acudir al concepto de clases sociales para explicar las desigualdades, la pobreza o la indigencia.

Los ejemplos pueden continuar. También los conceptos de explotación del imperialismo contribuye  a la semi -esclavitud, la trata de blancas y el trabajo infantil y el dominio étnico sean una realidad cada vez más extendida en el planeta.

Bajo el manto de que no existen las clases sociales aparecen los  posmodernos, IU, PODEMOS integrados a la llamada sociedad de la información y partícipes renunciar A LA LUCHA DE CLASES. Es más cómodo dejar de pensar, apoyándose en una supuesta caducidad de los conceptos “viejos”, que darse a la molestia de averiguar cuáles son y han sido las transformaciones sufridas por las clases sociales durante los últimos 50 años.

Lo mismo ocurre con las clases sociales. Negar su existencia es, por decir lo menos, un acto de ignorancia  o de cobardía:  ¿Por qué esta definición es útil?

¿Cuál es la razón de que solo existan las clases? La respuesta es simple, eso es todo lo que necesita para comprender la forma en que el capitalismo funciona. Las clases sociales explican cómo hemos llegado a la situación que estamos en la actualidad.  Ellas explican cómo la sociedad ha evolucionado y cambiado desde la sociedad esclavista, a través de feudalismo para llegar a el capitalismo. Una clase con un interés económico particular, ha tomado el control de la base económica de la sociedad de otra clase.

Necesitamos la conciencia de clase y para ello tenemos que ser conscientes de que somos la clase trabajadora y que ellos son la clase capitalista. Solamente existen dos clases.

J.A.