Odontólogo Colegiado nº 797
Así como sabemos que la nutrición o la salud mental influyen directamente en nuestro bienestar general, también debemos ser conscientes de que la salud bucodental y el estado de nuestra boca son inseparables de la salud integral. De hecho, ignorar signos o síntomas de mal funcionamiento bucodental va en detrimento de nuestra salud.
¿Cómo es nuestra boca?
En los seres humanos, la boca es parte integral de la digestión, el habla y la respiración. En primer lugar, es el lugar por donde se introduce la comida, que los dientes trituran mediante la acción de masticar. La digestión comienza también en la boca, gracias a las enzimas que las glándulas salivares mayores y menores segregan. De esta forma, los fallos en la capacidad masticatoria conllevan modificaciones e incluso déficits en la dieta y la nutrición, por la necesidad de adecuar los alimentos a la limitada habilidad de masticar, recurriendo a purés y comidas más blandas y renunciando a otros comestibles también necesarios.
El conjunto de la boca, los labios, la lengua y la cavidad nasal alteran las ondas sonoras originadas en la laringe para producir sonidos y palabras, permitiéndonos hablar de manera articulada. Y en tercer lugar, la respiración (inhalar y exhalar el aire) se realiza a través de la cavidad oral y nasal. Asimismo, la boca es una parte importante del conjunto del rostro y la expresión facial, con su consiguiente valor estético y social, a la hora de mostrar emociones.
¿Cómo es nuestra dentadura?
La dentadura humana adulta está formada por treinta y dos dientes que se clasifican en cuatro grupos: incisivos, caninos (también conocidos como colmillos), premolares (o bicúspides) y molares.
Los primeros, situados al frente de la dentadura, sirven para cortar los alimentos, por lo que sus puntas son planas y afiladas. Tras los incisivos, se sitúan los cuatro caninos (dos en la parte superior y dos en la inferior), que tienen una forma puntiaguda y afilada que permite desgarrar y triturar la comida.
Al lado de los caninos se encuentran los ocho premolares -cuatro arriba y cuatro abajo-, dotados de dos cúspides puntiagudas cada uno, que cortan y trituran los alimentos. A continuación, se ubican el primer, segundo y tercer molar, que sirven para moler los alimentos hasta que estén listos para ser tragados, por lo que son más anchos y resistentes que los premolares y cuentan con más crestas que estos.
¿Qué partes forman un diente?
Cada uno de los dientes está formado por:
Corona. Es la capa superior del diente y la única que se ve cuando la dentadura está sana.
Esmalte. Es la capa más externa de la corona. La compone un tejido calcificado que es la sustancia más dura del organismo.
Dentina. Es la capa que se encuentra inmediatamente debajo del esmalte y está formada por una sustancia de tipo óseo. Contiene muchísimos conductos que desembocan directamente en la pulpa y penetran en el maxilar para formar la raíz.
Raíz. Es la parte de los dientes que se inserta en el hueso de la mandíbula. Constituye las dos terceras partes del diente. Las raíces se mantienen en su posición gracias a unas fibras elásticas que forman la membrana periodontal.
Pulpa. Es el tejido blando del diente y en él se insertan los nervios y los vasos sanguíneos.
Borde de la encía. Es el punto donde se unen dientes y encías.