En clave de sol by Gustavo López

Hace ya varios años que un grupo de padres de la Escuela de Fútbol se movilizó para que, dentro de los presupuestos participativos, se incluyera la propuesta de construcción de una cantina que estuviera cerca del campo de césped artificial Antonio Ibáñez para que pudiera dar servicio tanto a muchos padres jumillanos que bajan a seguir los partidos de sus hijos, como a los que vienen de fuera como acompañantes de los equipos foráneos.
Pues bien, la movilización resultó y la idea fue una de las más apoyadas, por lo que desde el Ayuntamiento se procedió a encargar el proyecto, que se hizo, y posteriormente, se adjudicó la obra. De esta manera, se construyó la cantina, se pagó y se cumplió con la demanda, pero ahí quedó la cosa, ya que después de al menos dos procesos de licitación para poder conceder su uso, ambos han quedado desiertos, y la cantina, no canta. Y no es que nadie la quiere, es que lo que vale en todos sitios, pues en Jumilla no vale, y a la hora de hacer los pliegos de condiciones, pues se prohíben más cosas que se permiten, y se hace inviable que nadie concurse para quedarse esta cantina que sabe a priori que va a ser deficitaria.


Mi zagal, al que le encanta el fútbol, pues estaba deseando llegar a la edad exigida para poder apuntarse a la Escuela de Fútbol. Y así fue, por lo que ya el año pasado, y también éste, he tenido la oportunidad de visitar muchos campos y polideportivos de la Región de Murcia, y he de decir que en todos había una cantina donde se hacían bocadillos, y se vendía repostería, refrescos, cervezas y café. En todos había plancha e incluso algunos disponían de mesas para que los usuarios estuvieran a gusto o que, si alguien llevaba su propio almuerzo o merienda, pues tuviera un sitio para pedirse una bebida.
Pero todo esto que es normal en cualquier sitio, aquí parece que es imposible y aunque tengamos la cantina ya terminada dos años, pues siga sin poder estrenarse. Y me pregunto, ¿no hay ninguna solución? ¿Tan difícil es el tema?, ¿Estamos ante algo tan relevante? ¿No sería mejor facilitar a una empresa, autónomo o interesado, que abriera esa cantina y se ganara la vida, dando al mismo tiempo, un servicio que es demandado?
No puedo entender como en otros muchísimos ayuntamientos y administraciones de España, las cosas son posibles y mucho más fáciles, y aquí nos empeñamos en complicar la vida hasta el extremo, rizando el rizo con tirabuzón incluido.