En clave de sol by Gustavo López

En los últimos años ha habido algunos proyectos que considero que han sido importantes, o al menos, muy destacados. Entre ellos, pienso que el de la rehabilitación de la casa solariega de Pérez de los Cobos, entre otros muchos nombres que ha tenido a lo largo de la historia. Es uno de esos proyectos que, aunque su enjundia haga que se dilate en el tiempo, son precisamente de esos que marcan un antes y un después. Además, aportan y dan categoría a un pueblo como el nuestro, donde precisamente la música, es uno de esos elementos que nos diferencia.


Hace algunos años que saltaba la noticia de que este inmueble se encontraba en la lista roja del patrimonio, precisamente porque estaba más cerca de que se cayera al suelo como un simple castillo de naipes, que de lo que al final ha ocurrido. Y quizá ese toque de atención fue el que aceleró las cosas y obligó a pensar en un proyecto que no por muy difícil, dejaba de ser posible. Y ahí comenzó todo, primero con las obras de urgencia de una casa donde no había ni tejado, y que se tuvo que apuntalar todo. Pero después llegó una subvención del Ministerio de Fomento dentro del programa del 1’5% Cultural que, junto a la aportación municipal, propició poder licitarla después de la elaboración del proyecto de restauración que rondaba el millón de euros.


La obra se acabó y sinceramente se quedó espectacular, y uniendo este hecho a que su último morador había sido Julián Santos Carrión, se pensó en hacer allí La Casa de la Música, a la que además se le añadió el apellido de, y otras artes, con lo que se formaría un museo único con el legado artístico de paisanos tan destacados como la propia familia Santos, Lorenzo Guardiola, internacionales como Roque Baños o el bailarín Juan Carlos Gil, así como pintores, fotógrafos, escritores y periodistas, entre otros muchos.
El día de Santa Cecilia, 22 de noviembre, fue un día importante para Jumilla y su cultura, donde además me alegró especialmente que se reconociera abiertamente y con toda justicia, la aportación de todos los que han arrimado el hombro para hacer realidad algo que parecía un imposible. Porque es para y por Jumilla y, por lo tanto, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
Ahora, lo que toca es darle cariño, promoción local y por supuesto regional, y entre todos, hacerla palpitar día sí y día también.