En clave de sol By Gustavo López

Hace poco que tuve la oportunidad de asistir a la inauguración del Museo del Vino de Jumilla, sin duda un recurso importantísimo para los turistas que nos visitan, la cultura en general del pueblo, y para todo el sector del enoturismo, que ahora con el reciente convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Ruta del Vino, el CRDOP Jumilla y la Asociación Murciana de Enólogos, pues viene a poner la guinda al pastel.
Durante mucho tiempo se ha solicitado este museo y por lo tanto era algo esperado que ahora hay que dar vida y promocionar, para que se sitúe como una de las visitas indispensables para todos aquellos que llegan a Jumilla, pero que igualmente sea conocido por los jumillanos, ya que si nosotros mismos no nos interesamos ni conocemos lo que tenemos, difícilmente lo van a hacer los que vienen de fuera.
En este mismo sentido, este pasado martes se presentaron las obras de restauración que se han llevado a cabo en la casa solariega Pérez de los Cobos, la penúltima morada que fue del Maestro Julián Santos, y que si me dicen cuando visité el edificio en obras, que se iba a quedar así, no me lo creo, porque la verdad es que se ha quedado espectacular. Todo un orgullo.


Recordarán muchos de ustedes que esta casa apareció en la lista roja del patrimonio de España por su mal estado al estar declarada Bien de Interés Cultural. Y es que es cierto que estaba hecha casi una ruina, por lo que verla ahora como se ha quedado es toda una sorpresa que yo al menos no imaginaba.
Ahora, después de una potente inversión del Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Jumilla, se va convertir en la Casa de la Música y el Legado de las Artes, un museo más que vendrá a sumarse a la atractiva oferta museística que tiene nuestro pueblo y que por desgracia y como pasa con otras muchas cosas, se valora más fuera que dentro.
El Museo del Vino de Jumilla es todo un lujo y ahora esta Casa de la Música y el Legado de las Artes no se queda atrás, que se podría completar pronto con la sede donde se instale la donación de toda una vida de investigación del ilustre jumillano el científico Miguel Marín Padilla.
Enhorabuena a todos los que han arrimado el hombro en este proyecto y sobre todo, felicidades a los jumillanos por hacer las cosas bien y ser pioneros una vez más.