En clave de sol by Gustavo López
Hace unos días se presentaba la propuesta para el Presupuesto General del Estado de 2023, y una de las acciones que recoge es la subida del sueldo de los funcionarios públicos del 3’5%. Además, se consideran dentro de este grupo a los políticos y cargos públicos que también verán incrementados en este porcentaje sus retribuciones. A priori, los ciudadanos de forma demagógica criticamos que los políticos cobren, olvidando que, aunque el desempeño de la política no debe de ser considerado como un trabajo, es de total lógica que el que la desarrolle, reciba un sueldo por ello. De esta manera, siempre se podrá exigir, o al menos incluso criticar. Al revés, nunca.
Cuando se publica que el presidente del Gobierno va a cobrar 90.000 euros, la cifra puede llamar la atención, pero como se suele decir, el que quiera, que se meta. Lo mismo puede pasar con el resto de cargos, de la primera, segunda o tercera línea. Igualmente pasa en estamentos regionales y mucho menos municipales, pero pasa. De hecho, en ayuntamientos como el de Jumilla, es necesario y yo diría que casi urgente, pactar un plan de retribuciones para los concejales, ya que se trata de algo que hay que hacerlo con altura de miras, porque a todos puede beneficiar y a todos puede perjudicar.
En este mismo sentido, si queremos dignificar la política local y que se pueda contar con los mejores, es necesaria siempre una contraprestación cada uno en su nivel, por lo que representa, lo que es y lo que hace. Y si lo que hace, lo hace mal, pues cuando lleguen las elecciones, carretera y manta.
Cada vez son más los ayuntamientos similares al de Jumilla, que dejaron atrás eso del voluntariado. Se trata de gestores que se dedican a esto de la cosa pública durante unos años, y ya sea en el gobierno o en la oposición, hay que valorizar lo que hacen.
En Jumilla, los únicos concejales que tienen nómina, ya sea a jornada completa o a media, son algunos de los que gobiernan, ya que hay incluso ediles con responsabilidades, que reciben las llamadas gratificaciones.
De la oposición ni hablar, porque ahí todos tienen asignada una cantidad por las comisiones o plenos a los que asisten, que a duras penas rondan los 300 euros.
No es de extrañar por tanto que para hacer las listas electorales, la gente salga corriendo, porque con lo que conlleva, meterse de concejal para ser criticado y vilipendiado por el aire que respiras, mejor, quedarse en tu casa y que quiera, que se meta.