Nazarena de Honor de la Semana Santa de Jumilla 2019
• María Pla, ¿puedes contar cómo te enteraste de esta designación como Nazarena de Honor?
• La verdad es que fue hace dos meses cuando me enteré, porque me llamó el presidente Juan Francisco Martínez, así que la sorpresa llegó en su momento, no precisamente ahora, y no sabes lo que me ha costado guardar el secreto, porque ni a mi familia, ni a nadie, se lo dije. (Bueno a Pepe Carrión sí, porque él lo tenía que saber, porque ya se lo había dicho el presidente.)
• ¿Qué supone esto para ti como mujer?
• Me hace muchísima ilusión, es una gran alegría y estoy muy agradecida porque esto supone un reconocimiento al trabajo de la mujer en las hermandades, ya que cada vez más las mujeres estamos presentes en las juntas directivas de las cofradías. Cuando yo entré en el año 1989, solamente estábamos Consuelo Martínez y yo, y ahora cuando se hacen asambleas de la Junta Central ya somos ocho o diez mujeres. Sí que de manera lenta, es verdad, pero se va reconociendo el papel de las mujeres en la Semana Santa, y que no es solamente el de sacar la túnica y plancharla o tener apunto los santos y las tulipas. Ahora el compromiso de las mujeres es mucho mayor, y justo es que se reconozca el papel y la labor de todas ellas.
• ¿Ya tocaba que fuese una mujer?
• Sí que tocaba la verdad, porque de los 26 Nazarenos de Honor que han sido nombrados por parte de la Junta Central de la Semana Santa, solamente hay dos Nazarenas de Honor, la señora Consuelo Martínez que en su día era la presidenta de la Virgen de la Soledad, y ahora yo. Es un reconocimiento a un trabajo que he hecho pero que nadie me ha impuesto, al revés, lo he hecho de forma encantadora y agradable y muchas hermandades han contado conmigo, la propia Junta y la verdad es que estoy ‘en tós los charquicos’, y muy a gusto.
• ¿Cuándo tomaste contacto con la Semana Santa?
• Fue a principios de los años 80 y de la mano de mi gran amigo Pepe Carrión, hace más de 30 años, que me propuso incorporarme a la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Vida. Luego en el año 89 los estatutos de la Junta reflejaban la figura del vocal electo y mi hermandad me propuso como tal y estuve participando como vocal electo durante la presidencia de Vicente Canicio, y luego en las directivas de Joaquín Valero,en la de Pepe Martínez Ortuño como vocal de actos culturales y con Eduardo Spiteri fui secretaria.
• Has formado parte de las directivas de tres presidentes distintos. ¿Impone cada uno de ellos su sello particular?
• Imponen su sello, pero el paso del tiempo hace que las cosas vayan cambiando. No es lo mismo la Semana Santa de principios de los 90 que la del siglo XXI, ni la gente es la misma, ni los valores que la propia sociedad impone a todo, hay que ir con el paso del tiempo, y evidentemente cada uno de ellos le pone su impronta personal.
• ¿Qué ha cambiado en la Semana Santa estos años?
• La evolución hace que todo se viva de distinta manera, desde la fe, que cada uno la vive de manera diferente; antes había mucha más gente en la calle, ahora se ve menos, salían también más nazarenos, ahora se nota un poco de retroceso. Pero en lo que sí hemos evolucionado ha sido en patrimonio, porque cada vez más el patrimonio de las hermandades va creciendo, y no solo lo hace en número sino también en mayor calidad en imágenes.
• ¿Confías en la concesión de la Declaración Turística Internacional de la Semana Santa?
• Por supuesto, y además nos toca y nos corresponde ser los cuartos de la Región con esa declaración, después de Murcia, Cartagena y Lorca. Jumilla se merece esa declaración porque tenemos además música propia, banda sonora propia y grandes compositores, y de eso, pocas pueden presumir.