El guardián del convento de Santa Ana del Monte se recupera satisfactoriamente del derrame cerebral sufrido hace una semana

Lola Tomás

El estado de salud del padre Francisco Oliver, guardián del convento de Santa Ana no puede ser más alentador, tras el grave derrame cerebral sufrido hace ahora una semana.
Los primeros momentos vividos en el seno de la comunidad franciscana fueron de angustia y miedo y no eran nada esperanzadores. Le siguieron la acertada decisión del equipo médico de intervenirlo, viendo la buena predisposición del fraile y su estado de consciencia en todo momento, y a partir de ahí, todo han sido buenas noticias.
El padre José María Roncero ha señalado a esta redacción la inmensa “gratitud” que todos los frailes y la comunidad franciscana tienen hacia Jumilla y los jumillanos ya que no cesan de recibir llamadas y mensajes de ánimo y alegría al ver la “milagrosa” recuperación que está teniendo el querido guardián del convento.


“La operación fue todo un éxito, señala, y se consiguió reducir todo el derrame, estabilizarlo y con la ventaja de no perder la consciencia en ningún momento, respondía correctamente a las preguntas y a los estímulos, aunque los físicos, puntualiza, irán más lentamente”.
José María Roncero confirma que el padre Oliver “va a seguir con nosotros” y que el buen humor y el darse cuenta de todo está siendo un factor a su favor, de hecho, cuenta que ha comentado “perdonad por el susto que os he dado”.
“Damos las gracias a todos, a la Abuela Santa Ana, al Cristo Amarrado, a la gente de Jumilla, de fuera de Jumilla, estamos abrumados por los apoyos espirituales y humanos que estamos recibiendo, desde la parroquias, sus párrocos, la Hermandad del Cristo, el resto de cofradías, Cáritas, el señor obispo y el auxiliar, la orden franciscana seglar de aquí y de la Región, la alcaldesa Juana Guardiola y multitud de asociaciones y personas que a nivel particular nos trasladan sus muestras de cariño. Ojalá podamos pagar algún día todo el bien que Jumilla nos está haciendo”, comenta Roncero.


“Desde las cajeras del supermercado, pasando por el Vaticano, cardenales franciscanos, desde EE.UU. Centroamérica, África, todos preguntan por él, y es que el padre Oliver tiene ‘ángel’, es cercano y muy querido por todos”.
Oliver fue trasladado a planta el pasado martes tras haber estado en la UCI durante tres días, no tiene fiebre, y en cuanto le baje un poco la inflamación de la herida de la cabeza, terminarán de suturarle.
“Las perspectivas son muy buenas aunque la recuperación será trabajosa y pronto comenzará con la rehabilitación. Pregunta por todo el mundo y tienes ganas de volver al convento y seguir predicando” sostiene, ”Santa Ana es tierra de milagros”.