Pascual David Muñoz Álamo. Policía Local y criminólogo.

No existe de momento el elixir de la eterna juventud o fórmulas que retrasen a uno de los mayores temores al hacernos mayor, que es sin duda, el de quedarnos solos.
Aquí no se habla de la estética, si la piel se arruga y en mi cambio físico no me reconozco, aquí hablamos de que la soledad puede afectar a nuestra calidad de vida y por tanto, la salud.
La edad adulta tiene aspectos superpositivos, tras la experiencia de los años sumados ahora puedes disfrutar de forma calmada, respirar y admirar la vida con otra velocidad. Los años precedentes han servido para darle temperatura a tu termómetro de vida, pusiste toda la carne en el trabajo que desempeñaste, cuidaste de tus hijos con la ternura apropiada, pero la vida no tiene un camino recto y fácil, como tantas veces has oído “camino de rosas”.


El riesgo de aislamiento social es muy alto en las personas mayores. Ese aislamiento puede ser variado, por problemas de salud, por la pérdida de un ser querido o por cuestiones familiares, como puede ser ver marcharse del nido a los hijos y entonces los pensamientos y emociones de verles partir te generan tristeza, vacío o soledad.
Pero también existe otra soledad, la denominada “soledad no deseada” aquella que se produce cuando se reside en una zona rural y el sentimiento de comunidad y la socialización actual no está activa. Tenemos una epidemia silenciosa y que se acentúa cuando hablamos de la tecnología, donde la brecha digital crece a pasos agigantados y no favorece a la edad del consumidor mayor.
Cuando ves reducida tu actividad eso produce un debilitamiento en tus articulaciones y si de tu boca no salen conversaciones, tu lenguaje se rebaja. El aumento de la mortalidad temprana tiene una conexión tanto con el aislamiento social real como con el percibido.
Acudir a un centro de la tercera edad o centro de día te ayudará, también lo hará el participar en asociaciones culturales, realizar cursos o talleres de todo tipo. Los viajes o excursiones no estaban escritos en el cuaderno de bitácora de tu vida, pero son una maravillosa alternativa al tiempo de ocio, además se adaptan a tu economía o movilidad, siendo estancias largas o cortas según el caso.
El contacto con animales como perros o gatos es una opción para mejorar la salud emocional.