La carretera del Carche ha de dejar de ser de una vez por todas, un tema político y simplemente pasar a ser un asunto de interés general que beneficiará a todo el pueblo, a su turismo, y junto al enlace con la autovía A33, también a las comunicaciones, a las empresas y en definitiva a la economía local. Debe de dar exactamente igual quién haga la obra, si Murcia porque es una vía regional; o Jumilla aunque teóricamente no le corresponda; o los empresarios y vecinos que sin duda recibirán un nuevo valor para sus negocios, aunque ya están acribillados a impuestos, pagos y gravámenes.

Después de haber entrado en un bucle y un cierto enconamiento, el pasado viernes se reunía en Jumilla el nuevo consejero de Fomento e Infraestructuras, Patricio Valverde, para mover el avispero y dar solución a un tema que está llamado a pasar a la historia por sus beneficios para toda una población. Y parece que se notó bastante que el consejero, nombrado en su cargo hace tan solo unos días, desplegó todas sus habilidades como empresario, que es lo que es, en lugar de político, que tendrá claro que es algo ocasional y puntual.

Por ello, aunque, como todas las cosas, costó, finalmente hubo fumata blanca y próximamente se firmará el acuerdo de financiación de los primeros 9 kilómetros de carretera, así como la redonda o nudo de acceso a la autovía, donde la Comunidad Autónoma pondrá las perras que tiene y lo que falta, unos dos millones de euros, a medias entre las empresas y el Ayuntamiento de Jumilla.

Ahora solo falta que los terrenos que se necesitan para el ensanche de la carretera se gestionen lo antes posible y se pongan a disposición de la Consejería, y que antes de que acabe este año veamos por fin máquinas en la zona moviendo tierra, para que en las dos próximas anualidades, definitivamente y gracias a la cordura, se ponga solución a una reivindicación histórica.