El delantero jumillano visitó Siete Días tras su fichaje por el Ranero CF, de División de Honor Juvenil
El tren ha pasado por su puerta, y Salvador Simón Ramos (o Salva, como prefiere ser llamado) no ha dejado pasar la oportunidad. Sus buenas actuaciones con el Primera Juvenil de la Escuela Municipal de Fútbol Base Jumilla no han pasado desapercibidas, y tras estas fiestas navideñas ha habido una auténtica subasta por contratar sus servicios. Su destino ha sido finalmente el Ranero de División de Honor. “Fue el equipo que se interesó por mí desde un principio, me trataron bien y me convencieron”, reconoce Salva Simón en su visita a Siete Días Jumilla, donde ha asegurado encontrarse en una nube estos últimos meses. “Es un sueño poder estar en la élite de categoría juvenil, y enfrentarme con Valencia, Atlético de Madrid, o Villarreal”, afirma.
Aunque sus cifras goleadoras son su mejor aval, Salva Simón no es un nueve de área, y siente la necesidad de intervenir en la creación de las jugadas. “Empecé como centrocampista, pero hacía muchos goles y los entrenadores me ponían de delantero. A mí siempre me ha gustado jugar un poco más atrás para estar en contacto con el balón”, admite el nuevo futbolista del Ranero, que ya tiene asumido su rol como goleador. “He entendido que tengo que estar arriba, aunque sigo bajando a recibir para aportar mi grano de arena”.
Pero no ha sido una decisión sencilla. Su amor por el blanquiazul está fuera de duda tras toda una vida en el fútbol base jumillano (aunque tuvo un periplo en el Lorquí en categoría infantil), pero este salto en su carrera implicaba salir del conjunto vinícola a mitad de temporada. Algo que no le resultaba fácil. “Bajé a entrenar un día, y nada más terminar el entrenador me dijo que me quería. A la mañana siguiente tenía que dar una respuesta, y esa noche me acosté sin saber qué iba a hacer”, confiesa Salva, que admite que el apoyo de los suyos fue decisivo. “Mis padres me decían que tenía que hacer lo que yo quisiese. Que estas oportunidades no suelen volver, y que me iban a apoyar en mi decisión”. También los que han sido sus compañeros y amigos se han puesto de su lado. “Al terminar un entrenamiento reuní a mis compañeros y se lo comuniqué. Hubo alguna lágrima que otra en el vestuario”, reconoce.
Y aunque ahora siguen su camino por separado, ambos se echan de menos. De hecho Salva Simón sigue refiriéndose al equipo jumillano como suyo. “Desde Navidad hemos perdido un poco de fuelle. Pero es una racha de la que vamos a salir”, explica el futbolista, todavía en primera persona del plural. Pero no le queda otra que concentrarse en su objetivo con el Ranero, que no es otro que la permanencia. “Me han acogido fenomenal. La estructura está muy profesionalizada y no me puedo quejar de nada”.
Les quedan cinco jornadas por delante, y tienen la permanencia a solo tres puntos. “Lo vamos a conseguir. Tenemos confianza”, pronostica Salva Simón.