El coro de “santaneras” acompañó con plegarias y cantos litúrgicos la celebración de la misa
Lola Tomás R.
El pasado lunes, festividad de Santa Ana, se celebró la tradicional misa en el atrio del convento del mismo nombre. La eucaristía fue oficiada por uno de los frailes de la comunidad, en ausencia forzosa por enfermedad del padre guardián Francisco Oliver, y estuvo presidida por la imagen de la Abuela Santa Ana.
El transcurso de la misa estuvo acompañado de cantos litúrgicos a cargo del coro habitual de “santaneras” y al igual que en años anteriores, las niñas de la colonia con la ayuda de fray Antonio Trucharte montaron su particular tienda de aromas, cuyos beneficios se destinarán a las misiones franciscanas.
En la homilía se tuvo muy presente al padre guardián y allí se comunicó la buena noticia de su ansiada alta hospitalaria. El celebrante de la misa resumió la gratitud del convento a toda la ciudad de Jumilla con cuatro palabras, “gracias, gracias, gracias, gracias”.
Tras la simbólica procesión en el atrio del convento, la actividad en honor a Santa Ana se clausuró con el canto de la plegaria a la Abuelica Santa Ana, entonada con sentimiento por las hermanas Ripoll y el acompañamiento armonioso de Guillermo García-Villaverde, y coreada con fervor por los asistentes.