En clave de sol by Gustavo López

Hace unos días, una pareja de muy buenos amigos me dieron la noticia de que se habían comprado una casa, y que iban a dedicar unos cuántos días a coger ideas de cara a la decoración, muebles, accesorios, luces, e incluso reformas para su nuevo e ilusionante hogar. Por este motivo, y casi a renglón seguido, me pidieron que si les podía acompañar a Murcia para ver esas ‘ideas’ que ellos decían, y que al parecer aquí no estaban. Para ello, me argumentaron que allí habían grandes centros comerciales y que los precios eran la caña de España.
Bueno, pues a pesar de que yo no estaba muy convencido del tema, pues muchos de ustedes sabrán que soy un ultradefensor de lo local, como no podía ser de otra forma dedicándome a lo que me dedico y trabajando con las empresas que trabajo y que me relaciono a diario, pusimos rumbo a la capital con el objetivo de ver muebles, electrodomésticos, elementos de exterior para el jardín, cortinas, lámparas y tantas y tantas cosas que ustedes saben que hacen falta para una casa, donde unas son necesarias y obligatorias, y otras son algo más opcionales.


Pues bien, después de una jornada agotadora, donde casi reviento el reloj con más de 25.000 pasos, se demostró que no hay que buscar lejos lo que tienes a la vuelta de la esquina, y que sí es cierto que en un centro comercial está todo junto y hay mucho, pero no es menos verdad que la zona comercial es Jumilla entera, de cabo a rabo, de punta a punta. Además, el servicio no tiene ni punto de comparación, ya que la cercanía, el trato amigable y el poder hablar con el dueño de una tienda son imposibles en grandes tiendas, y en cambio son unas de las principales bazas y características en el comercio local y en aquellas empresas o fábricas de nuestra ciudad que dispongan de venta al público.
Otro de los factores puede ser el precio, el cual también pude comparar, y la verdad es que no es tanto, ya que algunas cosas están hasta más caras, y aquello que tiene mejor precio, pues hay que sumarle muchas veces un plus de transporte o montaje, a lo que hay que añadirle que te tienes que desplazar tú y que no estás siendo nada colaborativo con la economía local de tu pueblo ni con el empleo.
Para finalizar, decir que no se trata de demonizar el ir a Murcia, ni mucho menos, yo también voy, pero cuando hay que hacer una gran compra, a modo de consejo, sí puedo decir que antes hay que comparar, porque eso muchas veces es ganar y dar a ganar.