En clave de sol by Gustavo López
Hay polémicas que se buscan y se pone todo para que surjan, por lo que a nadie extrañan. Sin embargo, hay otras que llegan sin esperarse, como creo que ha podido ser el caso de la que ha llevado y traído el nombre de Jumilla en boca de norte a sur y de este a oeste, no solo en nuestro país sino incluso fuera.
Y es que es cierto que la propuesta inicial que hacía Vox para impedir que se celebren actos como el final del Ramadán o la llamada Fiesta del Cordero por parte de la comunidad musulmana en el campo de fútbol de césped artificial del polideportivo, podría levantar alguna sospecha por la ‘agresividad’ en su defensa. Pero cuando llegó al pleno, el equipo de Gobierno local, le introdujo una modificación a través de una moción que la suavizaba notablemente y que pasó los trámites para su aprobación.
Pero unos días después de la celebración del pleno, la noticia salta en un medio nacional que prende la mecha y son docenas de digitales, periódicos, televisiones, radios, tertulias y artículos los que se suscitan, y los que ponen a Jumilla en el foco.

A partir de ahí, ni qué decir tiene que he hablado mucho de este tema, y lo he hecho con gente que está a favor y también que, por supuesto, está en contra. Por ello, a riesgo de que me califiquen como ‘cobarde’ y por respeto, pues entiendo que todos tendrán sus razones, no me atrevo a ponerme de un lado o de otro, pero sí que me gustaría decir, mirando a los ojos de unos y de otros, de los que están a favor y en contra, que considero que esta moción, esta propuesta, esta polémica tan dañina, no era para nada necesaria. No aporta nada y lo único que hace es utilizar a las personas por parte de los políticos, como una vil moneda de cambio para cuadrar sus pactos, acuerdos y negociaciones. Porque considero que a pesar de los chorros de tinta que han caído, el problema no está ahora, sino cuando llegue la fecha del final del Ramadán o de la Fiesta del Cordero (que, por cierto, no se mata a nadie en esa celebración). Porque quizá haya faltado en las explicaciones ofrecidas una alternativa, es decir, no se puede utilizar una instalación deportiva pero esta va a ser la solución, sino, se crea un problema, donde no lo había.
En definitiva, lo que seguro que nadie me podrá discutir, es que todo lo ocurrido, Jumilla no se lo merece, y a pesar de los pesares, y a estas alturas, todavía no sabemos ni lo que va a pasar ni cómo va a terminar la cosa, porque es posible que todo quede en nada.