En clave de sol by Gustavo López

Por desgracia, muy habitualmente, asistimos asombrados a actos vandálicos. En las últimas semanas y meses, hemos vivido la rotura de papeleras, setos y otros elementos del mobiliario urbano y, en los días de Fiestas Patronales, todos recordamos cómo unos desalmados asaltaron y destrozaron la figura que presidía la fuente del vino del jardín del Rey don Pedro. ¡Alucinante!
Pero el colmo de los colmos y lo que ha sobrepasado todos los límites fue el incendio provocado el pasado lunes que arrasó, casi al completo, el parque infantil instalado en la avenida Ronda Poniente. Eso no se puede calificar como una gamberrada, ha sido mucho más, vandalismo llevado al extremo. El autor o autores, lo planificaron para hacer el mayor daño posible. Se está investigando el suceso por los cuerpos de seguridad, con el apoyo de grupos expertos, pero según las primeras pesquisas, utilizaron un líquido inflamable para que se quemara todo, como así fue. Lo que no es comprensible es que, además del daño ocasionado en una instalación que es para el disfrute de los más pequeños, a los que se les ha privado durante un tiempo de este parque, el autor o autores no son conscientes (o eso quiero pensar) que estas actuaciones es como pegarse un tiro en el pie, es decir, perjudicarse a sí mismo.


Independientemente de que este individuo o individuos hicieran uso de esta instalación, ¿Quién creen que va a pagar el coste de la reposición de esta zona infantil? Pues sí, todos los jumillanos, incluidos los propios vándalos. Entre todos, vamos a tener que pagar los casi 300.000 euros, en los que se ha cuantificado el arreglo.
Esperemos que se dé con el autor o autores de este incendio y que se les castigue con lo que marca la ley que, dependiendo del tipo de vandalismo, agresión y daños ocasionados. Según la cuantía económica, sí superan los 400 euros pueden conllevar penas que van desde 1 a 3 años de cárcel. Y en el caso de usar el fuego o sustancias nocivas, inflamables o deslizantes conllevan un plus de peligrosidad para la vida o la integridad física y, por tanto, las penas se van a elevar hasta los 5 años de privación de libertad.
Y también hay que incidir, como lo hizo la alcaldesa, concejales y el comisario jefe de la Policía Local, que no es el momento de hablar y escribir gratuitamente y, por supuesto, tampoco de alarmar, ni lanzar bulos y acusar libremente. Hay que analizar la situación y poner soluciones para que hechos como el del pasado lunes no vuelvan a ocurrir.