Editorial

El pasado martes, 15 de abril, se celebró el día Internacional de la Atención Temprana, una fecha para hacer ver a la población que, con una debida asistencia en los primeros momentos, muchos niños podrán lograr ser funcionales, autónomos e independientes con los recursos necesarios. Ya se sabe que más vale prevenir que curar.
La atención temprana se concentra en el desarrollo infantil, por lo que consiste en un conjunto de intervenciones que van dirigidas a niños de 0 a 6 años que tienen por objetivo dar respuesta, lo antes posible, a las necesidades, tanto transitorias como permanentes, que presenten los niños con trastornos en el desarrollo o que tengan el riesgo de padecerlos.

Principalmente, con la atención temprana se trata y se corrigen trastornos del desarrollo cognitivo, así como del desarrollo del lenguaje, de la expresión somática, trastornos emocionales, de la regulación y el comportamiento y de la relación y la comunicación.
En Jumilla tenemos la gran suerte de contar con el trabajo y la dedicación de Aspajunide, que dispone de un gran centro de Atención Temprana, concretamente el que se encuentra en la plaza de la Constitución, y que cuenta con un buen número de profesionales que atienden tanto las necesidades de sus socios como los que llegan derivados por parte del Servicio Murciano de Salud.
Este año en el que corresponde reconocer el trabajo de los sanitarios en general, hay que dirigir nuestro aplauso hacia los servicios de atención temprana, y en Jumilla e concreto, hacia Aspajunide, que también han pasado lo suyo con esto del dichoso covid.