Tras completar la mejor maratón del mundo, el jumillano asegura que solo pretendía disfrutar de la carrera y vivir la esperiencia
La maratón de Nueva York, una de las seis Majors, es un sueño al alcance de muy pocos. El elevado coste económico de viajar, alojarse y mantenerse en la Gran Manzana impide a los corredores de este lado del charco acudir a una prueba que este año reunió a 52.000 atletas en la línea de salida.
Pero entre ellos había uno con ADN jumillano. Dioni Bernal se plantó en Nueva York con la ilusión de un niño, y se volvió con su medalla de finisher tras conseguir completar el trazado.
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