Enfermero en Atención Primaria en Navamorcuende en la provincia de Toledo
“Siempre hay miedo cuando te expones a un virus que está provocando miles de ingresos hospitalarios y también miles de fallecidos solamente en nuestro país”
Se llama Andrés Tomás Tomás y es enfermero de Atención Primaria en la zona básica de Navamorcuende, cerca de Talavera de la Reina, en Toledo. Es un municipio pequeño y aislado en la montaña, donde habitan personas de avanzada edad y con alto riesgo de contraer Covid-19.
Si bien la situación es diferente a la vivida en las ciudades y hospitales, Andrés cuenta que muchos de los vecinos residentes de la zona tienen familia o trabajan en la Comunidad de Madrid, de manera que viajan entre ambas zonas con frecuencia, por lo que se el pequeño pueblo se ha visto también afectado por el reciente éxodo madrileño de personas, posibilitando así los contagios entre familiares.
“Nuestro equipo de trabajo ha ido tomando medidas de prevención y cuarentena conforme evolucionaba la situación, señala en enfermero, y ha ido concertando reuniones al principio y videoconferencias después para disminuir el riesgo de contagio entre profesionales. Los EPIS (Equipo de Protección Individual) también han ido variando conforme se estudiaba el virus conformándose por mascarillas FFP2, bata impermeable y gafas anti salpicaduras que hemos recibido recientemente para todos los consultorios de la zona”.
En estos casos, toda la actividad programada de medicina de familia y enfermería se suspende y la actividad se limita a lo imprescindible estableciendo protocolos de seguimiento y vigilancia telefónicos a los pacientes que padezcan cualquier cuadro respiratorio al considerarse sospechoso de coronavirus. “Nos ha sorprendido la rapidez con la que ha llegado el virus a nuestra zona básica, ya que tenemos varios aislados en sus domicilios y algún que otro positivo trasladado al hospital”, apunta.
El trabajar diferente presenta también otros “inconvenientes”, señala el enfermero jumillano, que pone de ejemplo a pacientes mayores con dificultades para comunicarse por teléfono se agrava más todavía la compresión; o los tiempos que tienen en las agendas para las reuniones o desplazamientos a los domicilios, así como el adecuado gasto de material sanitario para cada situación, “que se ha incrementado mucho estos días”. Y luego están los “despistados” que acuden al centro a tomarse la tensión como si el coronavirus no fuera con ellos o no supieran que tenían que quedarse en sus casas.
“Siempre hay miedo”, responde Andrés, “cuando te expones a un agente que ha provocado miles de ingresos y cientos de muertes solo en España, y cuenta que hace pocos días tuvo que ir de urgencia a cubrir una guardia a una compañera que había empezado a encontrarse mal de repente y le dieron la baja en el acto. “Nos pasamos toda la guardia limpiando y desinfectando las zonas por las que había estado la compañera por sospecha de coronavirus, imagina si en unos días nos avisan de que es positiva…”, señala.
“Es muy difícil estar seguro de no contagiarnos a pesar de haber cumplido los protocolos al pie de la letra”, dice, pues para un enfermero el ponerse y quitarse el EPI correctamente, lavarse las manos y mantener una distancia prudencial con el paciente para evitar diseminar el aire que respira, que son algunas de las medidas que nos protegen, no garantiza la protección total frente al Covid-19”.
“Estoy orgulloso de mi profesión y de la labor de todos los que luchamos juntos”
A nivel personal Andrés Tomás Tomás señala que no es “nada fácil” encontrarse en una situación de emergencia como la actual, lejos de casa, donde las circunstancias profesionales le han llevado a no poder estar cerca de su familia pasando la cuarentena y enfrentando cada día al virus, y sobre todo, “teniendo sobre tus hombros la incertidumbre diaria de si estás infectado, aunque no muestres los síntomas de fiebre, tos o dificultad respiratoria”.
Al mismo tiempo asegura estar muy agradecido “por todo el apoyo que los sanitarios estamos recibiendo durante semanas de todas partes, porque nos motiva, nos alienta y nos ayuda a no desfallecer en el día a día y a implicarnos a tope en las labores asistenciales”. “Estoy muy orgulloso de la profesión que tengo y de la labor que realizan todos los trabajadores sanitarios (médicos, auxiliares, etc) y no sanitarios (cajeros, transportistas o limpiadores), pues trabajando juntos y unidos como hemos hecho siempre, y con el apoyo de todos los que están en sus casas, los que aplauden en sus balcones y terrazas, los que se presentan voluntarios y se ponen una mascarilla y guantes para ayudar a sus vecinos más desfavorecidos, superaremos esta crisis sanitaria mundial”. Como la mayoría, desea que todo pase pronto y poder “abrazar” a toda su familia.