En clave de sol by Gustavo López

Sin duda alguna, las elecciones más importantes para los ciudadanos son aquellas que más cerca se perciben, es decir, las municipales. Así, siguiendo el orden, las siguientes serían las autonómicas, después las generales y finalmente las europeas. Todas son importantes, porque todas nos afectan de una forma u otra, pero el domingo 28 de mayo, independientemente de nuestra opción, de la decisión que se tome a la hora de echar la papeleta, lo que hay que hacer es participar, decidir y ser parte de la gran fiesta de la democracia, que aunque haya veces que nos quite las ilusiones, eche por tierra nuestras esperanzas e incluso nos defraude, nunca debemos ver nuestras administraciones como algo enfrente nuestro, sino el sistema que, entre todos, nos hemos dado para poder vivir y convivir en paz.


Llegamos al ecuador de la campaña electoral y solo falta poco más de una semana para salir de dudas y conocer cuál va a ser la composición de la corporación municipal y de la Asamblea Regional. Porque el resto de ayuntamientos y comunidades, también es importante cómo se compongan, pero realmente nos afectan menos.
En Jumilla, como saben, podremos elegir entre cinco partidos, con sus cinco candidatos y sus cinco listas, conformadas cada una de ellas con esfuerzo, ya que cada vez cuesta más lograr el compromiso de la gente, y sin embargo, nos gusta más criticar, despellejar y opinar incluso de cosas que no conocemos, que sabemos poco de ellas o que incluso estamos en lo contrario de lo que en realidad son.
Hay quien dice que debería haber elecciones cada año, pero sinceramente pienso que no, que cada cosa tiene su ciclo y es lógico que cuando acaba uno, se reciban los resultados, ya sean buenos o malos, y con esos resultados sobre la mesa, debemos de plantearnos el inicio de un nuevo ciclo. Ahora estamos en campaña, donde el objetivo común a todos es convencer de que su opción, su partido, es el mejor. Unos venden y presumen de lo que han hecho. Otros critican lo realizado. Y todos prometen, plantean y aseguran, unos de forma más realista y otros de manera más ambiciosa. Se puede ir de cero a cien en un segundo, y de lo real a lo astronómico en mucho menos tiempo. Y esa ha de ser nuestra misión, que no es otra que la de separar el trigo de la paja, porque en los tiempos que vivimos, cada vez es más difícil el engaño, y ya se sabe que obras son amores y no buenas razones… o promesas.