En clave de sol by Gustavo López

La música procesional desempeña un papel fundamental en las celebraciones de Semana Santa, aportando solemnidad y profundidad emocional a los desfiles. Los músicos, a menudo aficionados, aunque también participan profesionales, dedican su tiempo y esfuerzo para ensayar y perfeccionar un repertorio que ha de ser adecuado para cada procesión.
Además, los músicos, con el fin de colaborar con el mantenimiento de su banda o agrupación, en la mayoría de los casos actúan sin remuneración.
Por eso, es crucial reconocer y respetar el trabajo de los músicos. En este sentido, la Asociación Musical Julián Santos ha puesto en marcha una campaña previa a estos días, con el fin de poner de manifiesto la necesidad de respetar el paso de las bandas desde el primer músico hasta el último. ¡Por la Banda no se cruza!”, ya que además de quedar bastante feo el gesto, un descuido puede dañar los instrumentos, e incluso afectar a la integridad física de los músicos.


Otro aspecto importante, y que es el complemento ideal a esto que les comento, es mantener silencio y permitir que la interpretación musical se aprecie plenamente ya, que de esta forma, estaremos igualmente reconociendo el trabajo que hay detrás del paso de una banda de música, una de tambores o una coral, acompañando a cualquiera de la cofradías o hermandades.
A razón de lo que ha venido sucediendo en los últimos años, y que quizá el pasado año tuvo su máximo exponente, de todos depende que la tarde de Jueves Santo sea a partes iguales colorida, alegre, vistosa, distinguida, elegante y también respetuosa, ya que no podemos consentir que entre todos la matemos, y luego decir que ella solo se murió, ya que cuando llegue ese momento, ya será tarde, y no habrá lugar a lamentos.
El respeto no solo a la música, sino a todo lo que sucede a nuestro alrededor en Semana Santa, ha de convertirse en un eje principal y fundamental. Porque nadie va a negar que, como todo, estas fiestas cada uno las vive como considera y siente. Es decir, los hay quienes lo hacen desde la fe y el sentimiento más religioso. Otros se quedan en el medio de todo. También están los que lo hacen como si de un teatro se tratase. Incluso nos encontramos con los que ni fu, ni fa, es decir, que pasan, pero todos, absolutamente todos, han de respetar el paso de los músicos, de las hermandades, de las imágenes… porque nada es obligatorio, y estar en esto, tampoco.