Es de bien nacido ser agradecido. Es un refrán popular, que nos recuerda cuán importante es la gratitud, y la memoria que las personas debemos tener para reconocer a aquellas otras que les han ayudado cuando lo han necesitado. Resulta paradójico que a estas alturas, la falta de gratitud hacia los medios de comunicación, provenga de las autoridades locales y de los responsables de grandes e importantes colectivos.

El pasado sábado se celebraron en la localidad varios actos importantes a los cuales desde este medio de comunicación se les ha tratado de dar la cobertura oportuna y merecida, que creemos que tienen, y realmente choca, que en un acto como la celebración de 75 aniversario de la Cofradía del Rollo, en la que hubo varias intervenciones y donde nos consta que los organizadores se esmeraron al máximo en que todo saliera bien y trataron de no dejar nada al azar, obviaran el trabajo de los medios locales.

Los medios de comunicación sabemos bien cuál es nuestro trabajo, de hecho, cuesta desconectar cuando te vas a casa, porque la inquietud periodística, de saber, de investigar o de enterarte de las cosas, o la tienes, o no se adquiere. Estamos siempre en alerta para lo que surja, para que no se nos escape nada, y para poder ofrecer a todos los ciudadanos y lectores la más completa información, detallada, contrastada, con imágenes en el caso de la prensa escrita, con audios en el caso de la radio y con la inmediatez en el caso de las redes sociales. Siempre estamos ahí, y es nuestro trabajo y deber como periodistas y comunicadores, pero lo cierto es que echamos de menos, que en actos que se preparan con todo el esmero y donde no se escatima en medios, que en las intervenciones de todos los responsables locales, nadie se acuerde de la labor de los medios de comunicación, los otros responsables de que esos eventos y celebraciones tengan su difusión y lleguen a todos los rincones.

Siempre nos quedará Fernando Fernández Madrigal, que sí supo agradecer públicamente, la ayuda que solicitó para que le echásemos una mano al Tercer Distrito, y les arreglasen la ermita.