El escultor y restaurador jumillano tiene la seguridad de que el Cristo Amarrado a la Columna se hizo en esta estructura

M.C.C.V.

Si ya el Museo Arte y Vino que dirige el escultor y restaurador jumillano Mariano Spiteri alberga una gran cantidad de obras de arte, ahora se ha incorporado una pieza extraordinaria. Se trata de la máquina original que utilizaba el murciano Francisco Salzillo para realizar sus esculturas.
Según ha declarado Spiteri es una pieza de la que está investigando e intentando localizarla desde hace 36 años, cuando los hermanos Cruz Solís restauraron la imagen del Cristo Amarrado a la Columna y descubrieron un orificio en la parte trasera de la cabeza. “Nadie sabía de qué era, declara el escultor jumillano, pero yo conocía esa huella que era la que dejaba la máquina de los valencianos, parecida a la de Salzillo, pero con menos posibilidades, la del murciano se podía voltear y la pieza se terminaba hasta el último trazo de policromía”. Lo único que Mariano conocía de este artilugio de Salzillo era lo que contaba Paco Liza (discípulo de Carlos Rodríguez, éste último que trabajó en los Talleres de Los Aracieles, donde se supo que estuvo la máquina en Murcia), “me contaba que era como un torno, que podía trabajar en horizontal y el proceso de la estofa podían hacerlo sentados hasta cuatro personas a la vez. A partir de ahí comencé a investigar”, recuerda Spiteri.

Hallazgo en un anticuario de Madrid

El escultor jumillano es coleccionista de obras de arte, por lo que visita muchos anticuarios. Hace más de 20 años, acudió al anticuario de Eufemio Díez-Monsalve, en Madrid. Cuenta: “Al entrar me presenté y al decir que era de Murcia, Eufemio me dijo que tenía la máquina de Salzillo, me quedé sorprendido, pero no desaproveché esta gran oportunidad. Lo primero que hice fue preguntarle cuánto valdría, a lo que Eufemio me contestó que a él se la regalaron y me contó que mucha gente la había visto, pero que nadie logró sacarle partido, por lo que si me interesaba, me la iba a regalar, no lo dudé y me la traje para mi taller”. Esta estructura de Salzillo se encontraba en muy mal estado, carcomida, desajustada, las espigas habían desaparecido y la parte de arriba estaba troceada. Sin embargo, Spiteri la analizó, la desmontó entera y ha conseguido restaurarla, salvo la parte trasera “porque por mucho que la hubiera consolidado, no habría tenido resistencia para la misión que tenía que era voltear la escultura, por lo que esa pieza la he hecho nueva y la antigua la tengo también expuesta”.

“El Cristo Amarrado está hecho en esa máquina”

Tras años de investigación y comprobaciones, analizando los orificios de las esculturas de Salzillo, Spiteri ha logrado sacar el mecanismo de esta máquina, “en una reproducción del Cristo de la Columna metí una espiga de madera en el orificio que presentaba en la cabeza y ésta bajaba verticalmente hasta el talón, eso solo lo puede hacer esa máquina, lo que me indica que el Cristo Amarrado de Jumilla con está hecho con esta herramienta”, asegura el escultor jumillano.
Reconoce que no tiene documentos que certifiquen la autenticidad de la máquina, pero “las investigaciones, las fotografías y las radiografías que he hecho a lo largo de este tiempo de distintas esculturas de Salzillo, me dan la seguridad de que ésta fue la máquina que utilizaba”.

Para Spiteri “fue una innovación y una genialidad para la época, es cierto que no afectaba artísticamente a la escultura, pero sí facilitaba mucho el trabajo, algo que, por ejemplo, los valencianos tardaban en hacer cuatro o cinco horas, en esta estructura se podía hacer en media hora”.

Un atractivo turístico y cultural más para Jumilla

Mariano Spiteri subraya que “restaurada es una pieza increíble, un atractivo turístico y cultural más para Jumilla, tal y como me aseguró hace unos días la directora del Museo Salzillo”.
Esta incorporación se convierte en la pieza estrella del Museo Arte y Vino y se va a poder contemplar y conocer su funcionamiento a partir de ahora, puesto que se activan de nuevo las visitas a este museo que alberga una espectacular colección de arte, todo perfectamente ambientado y con un hilo conductor. Se trata de un museo vivo con lo que se han ido incorporando otros elementos como un órgano de tubos, construido, siguiendo unas investigaciones, por el propio Spiteri. Además recientemente ha incluido la escultura de un samurái que está pisando la cruz y un racimo de uva que, según el restaurador, “afianza la temática del museo, que es la importancia del vino relacionada con la religiosidad, ya que en el siglo XVI el vino estaba prohibido en Japón, al estar relacionado con el cristianismo y a todos los comerciantes que vendían vino, los mataban”.
Además trabaja en el proyecto de la recreación del órgano de Santa Inés en Sevilla, el que tocaba Maese Pérez en las “Leyendas” de Bécquer, que, con hologramas, pretende proyectarlo tocando.
Las visitas al Museo Arte y Vino se pueden concertar a través del correo reservas@museoarteyvino.com, o por teléfono al 968 75 64 37 o 680 13 33 77.