Foto: Paco Lozano

Se vieron almendros centenarios dignos de catalogar como árboles singulares

Organizada por la Sección de Etnografía del Museo Jerónimo Molina

La Ruta de los Cucos organizada por la Sección de Etnografía del Museo Jerónimo Molina permitió a sus participantes conocer parte del patrimonio cultural y natural de Jumilla.

RUTA DE LOS CUCOS

La primera visita fue al cuco de la Escarabaja ubicado en una finca privada y que se conserva en pie gracias a sus dueños. Es uno de los más pequeños de los que existen y que está realizado al completo en piedra seca y su construcción fue para dar refugio al agricultor tanto para el frío como para el calor. Por cercanía se visitó también el aljibe  del mismo nombre que conserva la pila de piedra y la guitarra.

Desde allí se giró visita hasta el emblemático cuco del Ardal, muy bien conservado por sus dueños y construido a finales del s. XVIII con piedra y barro. Fue restaurado en 1872 y destaca su altura interior, la máxima de los cucos de la zona. Cerca se visitó una ermita que quedó a merced de “buscadores de tesoros”.

Por último el grupo se desplazó hasta el cuco de la Barraca en el paraje de los Tinajones, en la Cañada del Trigo, muy bien conservado, de piedra seca totalmente y con una estructura de paredes alineadas e inclinadas hacia el interior con cantos redondeados y una escalera de ocho peldaños empotrados en el lado norte. Junto a él se visitaron unos almendros centenarios dignos de catalogar entre árboles singulares de Jumilla por su inmenso diámetro, únicos en la Región.