Parece que mientras abramos el grifo y nos salga agua, pues no hay problema. Pero lo cierto es que los datos son lo que son y las cifras cada vez se muestran más alarmantes, sobre todo en una zona como la nuestra, la del Altiplano, donde somos un poco ‘independientes’ del resto, al no estar conectados a nada ni a nadie, y solo utilizar el agua de los acuíferos de nuestro subsuelo. Pero aunque muchas veces no lo veamos, o todavía sintamos el problema lejano, lo cierto es que en este caso, la amenaza ya está aquí y el posible final del agua está mucho más cerca de lo que nos podemos imaginar.
Esta misma semana, el colectivo Salvemos el Arabí, con sede en nuestra vecina ciudad de Yecla, pone los puntos sobre las íes y alerta de que cada hora, los acuíferos de la zona recargan 3 millones de litros sus existencias, pero se extraen 15 millones, por lo que el déficit actual es de 12 millones de litros por cada hora. O lo que es lo mismo, casi 300 millones de litros cada día.
Además, achaca a la proliferación de regadíos hortícolas como uno de los graves problemas que podrían acelerar todavía más el secado definitivo de los pozos naturales del Altiplano calificando esta situación como “insostenible”, ya que lejos de reducir la sobreexplotación existente ya durante años, lo que se ha hecho ha sido aumentarla.
Pero independientemente de las cifras, las suposiciones y los futuribles, al final lo que está claro es que el agua, que en Jumilla y Yecla lo hemos tenido como un problema lejano, hay que empezar a tenerlo en cuenta, a atajarlo con rotundidad, afrontarlo y a exigir ya de una vez esos millones de litros que salen de nuestro suelo y que va a municipios de Alicante y otras zonas. Igualmente, el concejal de Agricultura en el Ayuntamiento de Jumilla, afirmaba recientemente en una entrevista en este mismo periódico, que se iba a solicitar la inclusión de Jumilla en la Mancomunidad de Canales del Taibilla.
Pues bien, por un lado habrá que empezar, pero algo hay que hacer sí o sí.
Chapó