A veces nos repetimos más que le ajo, lo sabemos, pero nos encanta agradecer el apoyo que recibimos, ya que sin él, simplemente no seríamos nada o estaríamos a la deriva, a expensas de la suerte, del azar más caprichoso al que lógicamente no le puedes pedir cuentas y si te da bien, y si no, también.
No vamos a ocultar, porque además es verdad, que nuestra principal presión ha sido siempre el corresponder a nuestros lectores y anunciantes, a todos los que en estas dos décadas han confiado en nosotros, a los que han respondido afirmativamente y con todo agrado a cuantas peticiones les hacíamos o nuevos proyectos les presentábamos, y con esa presión encima, hemos trabajado duro junto a muchísima gente a la que nos hemos unido para contar lo que hacían, lo que habían conseguido o lo que querían poner en marcha.


Hace unos días, nos planteábamos cuál había sido el mejor momento o el más destacado de estos 20 años, y después de unos minutos de no saber qué contestar, todos coincidimos en que de forma paradójica, un momento inolvidable y de unión máxima fueron precisamente las semanas que hubo entre la última edición de El Faro y la publicación del primer Siete Días Jumilla. Apenas cuatro semanas donde sentimos de verdad el apoyo de Jumilla entera, que al perder su periódico, reaccionó negándose a quedarse sin él, y nos mostró todo su apoyo, algo que se ha venido manteniendo e incluso incrementándose durante este tiempo.
La pasada semana publicamos la primera parte del especial dedicado a los 20 Años de Prensa Local, y en esta edición continuamos con la segunda parte, centrada en los 13 años de Siete Días Jumilla, donde de forma muy resumida se refleja el crecimiento, el trabajo en común y el avance de una sociedad local de la que nosotros no queremos que sea “de la mierda gorda”, sino todo lo contrario: trabajadora, emprendedora, ilusionada, constructiva, solidaria,… una sociedad abierta y generosa de la que todos somos parte y donde a todos nos toca poner nuestro particular granito de arena.