Moisés Navarro Sánchez, presidente de la Coordinadora de ONGD en la Región de Murcia

“Los discursos de odio proliferan a partir de datos falsos”, señala el presidente de la CONGD, por ello “hay que decirle a la sociedad que genere una opinión propia y una conciencia crítica para trabajar en la convivencia pacífica y saludable, lejos de eslóganes políticos”

Lola Tomás

Once meses desde que la covid 19 irrumpió en el mundo. ¿Cómo ha afectado la pandemia a los objetivos de la Coordinadora?
Nuestros objetivos siguen siendo los mismos: fortalecer el sector de la cooperación en la Región de Murcia, apoyar las ONGD y mostrar las causas de la pobreza y las desigualdades a través de actividades y campañas de sensibilización. Lo que ha cambiado es la metodología de trabajo, y en ese sentido virtualizar el plan de trabajo de la Coordinadora ha sido todo un reto, pero finalmente hemos cubierto todas las líneas de actuación que teníamos previstas para 2020.

¿Las ONG’s que la integran han tenido que adaptar sus programas, o la atención a la covid 19 se ha diversificado entre todas ellas?
Las ONGD no solo han tenido que adaptar sus programas de cooperación al confluir restricciones en España y en los países en los que se ejecutan los proyectos, sino que las entidades que realizan atención social en la Región de Murcia se han visto saturadas. La atención a la covid dentro y fuera de nuestras fronteras ha supuesto una adaptación por parte de todas.

¿Moisés el trabajo que realiza ahora como presidente es el mismo que el que se hacía hace unos meses, o incluso unos años, o han cambiado las prioridades?
El trabajo y la implicación viene a ser la misma, con otras circunstancias, pero con el mismo ímpetu de defender la Cooperación para el Desarrollo y defender el interés general de las ONGD. Este contexto nos ha hecho adaptarnos a las nuevas realidades y a nuevas formas de trabajar.

¿Cuál es su mayor preocupación ahora, porque las dificultades de la pandemia suman más inconvenientes a la lucha contra la pobreza, la desigualdad, etc.?
Los discursos de odio han proliferado mucho a partir de datos falsos o tergiversados que se lanzan a los medios de comunicación, y debemos ser muy conscientes de que este tipo de mensajes no cambian la realidad, (la población migrante, las mujeres, el colectivo LGBTI, no van a desaparecer por lanzarles piedras dialécticas), solo la hacen más difícil para todos. Hay también nuevos recortes presupuestarios en política de cooperación. Considerando la experiencia que tenemos con la crisis económica y financiera de 2008, existe cierta preocupación de que se vuelvan a sanear las cuentas a costa de las políticas de protección social, entre las que estaría la política de cooperación internacional para el desarrollo. Debemos estar vigilantes para incidir ante esta posibilidad que nos llevaría al incumplimiento de los compromisos electorales de muchos partidos políticos.

¿Siente ahora más el apoyo de las instituciones que antes de que comenzase la pandemia?
Las instituciones han volcado prácticamente todas sus energías en atender las necesidades que la pandemia va dejando, pero no podemos obviar que otros problemas siguen ahí y deben tenerse en cuenta. Si algo evidencia este tipo de crisis es la enorme brecha social y de desigualdad que existe en nuestra sociedad. Por el momento no hemos visto mermados los recursos de Ayuda Oficial al Desarrollo, y esperamos que aumenten en los próximos presupuestos, tanto a nivel local como autonómico.

Si tuviese que dejar un mensaje a la sociedad, ¿cuál sería?
Que se formen sus propias opiniones y que generen conciencia crítica. Repetir eslóganes políticos no es la mejor forma de solucionar problemas ni de trabajar por una convivencia pacífica y saludable. Que contrasten la información que reciben para asegurarnos de no estar extendiendo bulos o datos falsos, y por último, no podemos dejar a nadie atrás, da igual si has nacido en Jumilla o en un pueblo rural de Guinea Ecuatorial, el derecho a la cobertura de necesidades básicas debemos tenerlo todas y todos cubierto sin discusión. Es preciso que pongamos por delante los derechos humanos.